Asamblea Anual de los Laicos MSC: Un espacio de oración, aprendizaje y fraternidad

El pasado fin de semana, la Provincia de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC) celebró su Asamblea Anual de Laicos MSC, un evento lleno de enseñanza, reflexión y confraternidad. La asamblea, que reunió a laicos de toda la provincia, estuvo marcada por momentos de profunda espiritualidad, dirigidos por la Hermana Iris Altagracia, religiosa de las Hijas de Jesús. Además, la misa de clausura fue presidida por el P. Agustín Guzmán, MSC, Provincial, quien reflexionó sobre la verdadera religiosidad y el compromiso con los más necesitados.

La importancia de la oración y el encuentro con Dios

La asamblea comenzó con un enfoque en la oración. La Hermana Iris animó a los laicos a abrir su corazón, ofreciéndose al Señor en humildad y silencio, permitiendo que los asistentes redescubrieran la importancia de la oración personal y la intimidad con Dios en su vida cotidiana.

La tarde trajo un momento de especial alegría cuando la Hermana Iris invitó a los presentes a alabar a Dios a través de la danza. Este gesto simbólico permitió a muchos experimentar una libertad interior, al recordar que el cuerpo también es un instrumento de adoración.

Uno de los temas centrales de la asamblea fue la reflexión sobre los "demonios personales". La Hermana Iris explicó que todos tenemos debilidades y puntos vulnerables que a menudo nos alejan de Dios. Este desafío espiritual, más interno que externo, fue abordado con profundidad, recordando a los laicos la importancia de enfrentar estos obstáculos para poder vivir en plena comunión con el Corazón de Jesús.

La misa de clausura, fue el broche de oro para esta Asamblea. Durante su homilía, el provincial destacó la importancia de vivir una fe auténtica, recordando a los presentes que no basta con cumplir rituales externos si el corazón está lejos de Dios.

“La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones”. Este llamado a la solidaridad y al compromiso con los más vulnerables sirvió de motivación  a los laicos para ser un reflejo del Corazón de Jesús en sus comunidades.

Durante los tres días de la Asamblea, los laicos MSC compartieron experiencias de fraternidad y alegría. El ambiente estuvo lleno de entusiasmo y gratitud por los momentos vividos. Este encuentro anual reafirma el compromiso de laicos y religiosos de vivir y compartir la espiritualidad del Corazón de Jesús, recordando que la verdadera religiosidad se encuentra en el servicio a los más necesitados y en la transformación del corazón.

Amado sea el Corazón de Jesús, por siempre y para siempre

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